Uno de los principales lanzamientos que nos han llegado de mano de Microsoft en los últimos tiempos es Windows 11. El gigante del software pone a nuestra disposición esta nueva versión de su sistema operativo esperando una aceptación masiva por parte de los usuarios.
Como no podía ser de otro modo en un principio este software causó un gran revuelo entre millones de habituales de este sistema. Pero enseguida llegaron las críticas y controversias, por ejemplo, con los requisitos mínimos exigidos para su llegada automática. Y es que hay determinados equipos relativamente actuales que según Microsoft no están capacitados para ejecutar Windows 11 correctamente.
Este es un lanzamiento que se produjo en el pasado mes de octubre de 2021, pero seguro que la firma esperaba una mayor penetración de mercado a estas alturas. Os decimos todo esto porque echando un vistazo a las cifras de uso de los sistemas Windows, parece que esta última versión tiene algunas dificultades para convencer a la gente. Para que os hagáis una idea de lo que os hablamos, en este mes de abril que estamos a punto de despedir, Windows 11 creció menos del 0,4%.
Si nos referimos a los datos generales de uso, esta versión de Windows tiene actualmente en un 19,7% de penetración de mercado frente al 19,4% del mes pasado. Debemos tener en consideración que este sistema operativo de Microsoft es moderno y, en algunos aspectos, mejor que Windows 10. Pero no todos los procesadores son compatibles y el dispositivo requiere compatibilidad con Trusted Platform Module o TPM 2.0. Por todo ello podríamos decir que en comparación con Windows 11, la actualización a Windows 10 era mucho más sencilla.
Windows 11 no logra el éxito esperado por Microsoft
A todo ello le podemos sumar que carece de algunas funciones importantes, algunas de ellas relacionadas con un elemento de la importancia de la barra de tareas. Son varias por tanto las razones por las que muchos usuarios hasta la fecha evitan una migración de Windows 10 a Windows 11. A lo comentado le debemos sumar que el sistema requiere que dispongamos de un procesador Intel de octava generación o más reciente, por ejemplo.
Para que nos hagamos una idea, si tenemos un PC anterior a 2017, es poco probable que podamos instalar el último Windows. Incluso si somos capaces de hacerlo, la experiencia de uso no será todo lo buena que nos gustaría. En resumidas cuentas, Microsoft no está obteniendo la aceptación esperada en un principio para Windows 11, pero tampoco podemos decir que esté poniendo las cosas fáciles.
Pero como suele ser habitual estos no son los únicos datos que se han extraído en cuanto a la penetración de uso me Windows. Aquí también podemos ver que Windows 10 21H2 en estos momentos tiene una cuota de mercado del 35%, mientras que la actualización 21H1 está en segundo lugar con una cuota de del 26,4%.
Todo hace indicar que el crecimiento de Windows 11 debería aumentar con el paso del tiempo, pero por el momento esto no se produce. También es verdad que muchos usuarios están esperando a la primera gran actualización del sistema para finalmente migrar desde versiones anteriores de Windows.
Fuente: Softzone.es